La peregrinación de invierno es considerablemente más afín a la original, con menos multitudes. Como es lógico, el tiempo va a ser más duro, con el paso de O bien Cebreiro que puede ser neviscado.
Un plan idóneo para dar la bienvenida al nuevo año dos mil veinte es programar planes que nos sostengan activos y que sean buenos para nuestro cuerpo y nuestra psique. Una buena opción es pasar unos días fuera de la rutina, llevar la mochila y las botas y recorrer el Camino de la ciudad de Santiago. Para organizarlo contamos con la ayuda del sitio oficial del Camino, de la Xunta de Galicia, donde encontraremos toda la información precisa.
Un plan idóneo para dar la bienvenida al nuevo año dos mil veinte es programar planes que nos sostengan activos y que sean buenos para nuestro cuerpo y nuestra psique. Una buena opción es pasar unos días fuera de la rutina, llevar la mochila y las botas y recorrer el Camino de la ciudad de Santiago. Para organizarlo contamos con la ayuda del sitio oficial del Camino, de la Xunta de Galicia, donde encontraremos toda la información precisa.
La peregrinación de invierno es considerablemente más afín a la original, con menos multitudes. Evidentemente, el tiempo va a ser más duro, con el paso de O bien Cebreiro que puede ser neviscado. Un plan idóneo para dar la bienvenida al nuevo año dos mil veinte es programar planes que nos sostengan activos y que sean buenos para nuestro cuerpo y nuestra psique. Una buena opción es pasar unos días fuera de la rutina, llevar la mochila y las botas y recorrer el Camino de la ciudad de Santiago. Para organizarlo contamos con la ayuda del sitio oficial del Camino, de la Xunta de Galicia, donde encontraremos toda la información precisa. Hacer el Camino de la ciudad de Santiago en invierno es una experiencia única, en verdad, los peregrinos que optan por este tiempo en general procuran una experiencia totalmente diferente a la que vivieron en los meses más calurosos, cuando las carreteras y los cobijos están repletos de gente.
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En los meses fríos, la senda está vacía y es el instante ideal para vivir una experiencia más solitaria y también introspectiva que sirve como ejercicio de meditación y asamblea con nosotros mismos. Muchos de los cobijes cierran sus puertas y es el instante ideal para pasear sin prisas ni calor y gozar del paisaje y la naturaleza lejos de las urbes y las multitudes. En verdad, si verdaderamente deseamos vivir la experiencia como era originalmente, hacer el Camino de la ciudad de Santiago en invierno es lo más similar a la experiencia que se vivió originalmente.
Naturalmente, si no somos paseantes experimentados, hemos de estar listos para enfrentar contrariedades como la lluvia, el frío o bien aun la nieve. El Camino de la ciudad de Santiago en invierno es algo más bastante difícil que en verano, mas asimismo puede ser una experiencia más satisfactoria. Verifique con anticipación qué cobijes continúan abiertos para eludir sorpresas desapacibles y planifique sus descansos.
Existe la opción de hacer lo que es conocido como el Camino de la ciudad de Santiago en invierno, con ciertas etapas planeadas para eludir el inicio del verano y, por ende, no tener que exponerse a las bajas temperaturas de las primeras horas del día. En las horas centrales puede aprovechar para pasear mientras que el sol está en su auge y, cuando cae la noche, va a descansar protegido en los cobijos. Esta alternativa fue creada por los peregrinos para eludir la nevada de O bien Cebreiro. Una parte de Ponferrada pasando por el val del río Sil y la Ribeira Sagrada y consta de 9 etapas. El primero se prolonga desde Ponferrada hasta el Puente Domingo Flórez, un total de treinta y cinco quilómetros en los que gozar del paisaje de Las Medulas, declarado Patrimonio de la Humanidad.
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La segunda etapa acaba en A Rúa, hay doscientos ochenta y cinco quilómetros que se hacen acompañados por el río en conjunto. La tercera etapa, hasta Quiroga, es una de las más fáciles y te dejará descubrir el precioso castillo de Os Novais. Prácticamente en el medio de la senda se halla la cuarta etapa, que se extiende entre Quiroga y Monforte de Lemos, 2 localizaciones separadas por treinta y tres quilómetros. En este día atravesarás uno de los tramos más difíciles del Camino, siete quilómetros entre Quiroga y Nocedo, de fuerte ascenso por el bosque que indudablemente van a ser instantes idóneos para gozar de nuestra soledad y pensamientos.
La quinta etapa que une a Monforte y Chantada está repleta de iglesias románicas y viñedos para alegrar la vista; al tiempo que el sexto, que llega a Rodeiro, está marcado por la Sierra del Faro que supera los mil metros. Para salvarlo, desde Chantada aguardamos, primero, un suave ascenso a Penasillás, y uno fuerte en los últimos cuatro kms que nos llevan a la cima donde se levanta la capilla de Nuestra Señora de O bien Faro. El ahínco vale no solo desde el punto de vista religioso, sino más bien pues desde acá contemplaremos una de las vistas más preciosas con estribaciones de las 4 provincias gallegas, formada por el macizo Courel, los Ancares, Peña Trevinca, Cabeza de Manzaneda y Monte Farelo
En el séptimo día vamos a visitar el espacio que conecta Rodeiro con A Laxe, la última etapa del Camino de Invierno desde ese momento, desde este camino se sobrepone al camino de Plata o bien asimismo llamado Sanabrés y Mozárabe. Al día después pasearemos treinta y tres quilómetros hasta Ponte Ulla. Patrimonialmente cruzamos esenciales lugares de interés como: Ponte Tabaoda, la iglesia románica de la ciudad de Santiago de Taboada y Dornelas.
El último y noveno día vamos a llegar a Santiago tras pasear dieciseis quilómetros. El Pico Sagrado es el jalón que marca esta etapa, su pico propio en forma de seno se ve desde cualquier punto aproximadamente distante. Es una montaña mítica vinculada al Traslatio, donde los acólitos de la ciudad de Santiago hallaron los bueyes para el traslado de los restos del Apóstol.
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Desde allá, los peregrinos ven la urbe de la ciudad de Santiago de Compostela: las torres de la catedral son el mejor incentivo para seguir pese a la fatiga amontonada. Además de esto, lo más probable es que esté conforme con otros conjuntos de peregrinos, lo que le va a dar todavía más emoción al instante. Desde allá, descenderá hasta llegar a San Lázaro para proseguir, sin prisa mas sin pausa, cara su objetivo final; mas no ya antes de recorrer el popular distrito de San Pedro o bien cruzar la Porta do Camiño y la plaza Cervantes. Cuando llegues a la monumental Praza do Obradoiro, la emoción se apoderará de ti: el sonido de la gaita en el fondo, la catedral como protagonista del instante, la fatiga amontonada y la sensación de haber cumplido un fin, un deseo.
